29 nov 2011

Experiencia Canaria III

DIA 5 – 17/10/11
Tenía pensado levantarme temprano y coger un autobús hacia el centro de la Isla pero la mañana no se planteó de la misma manera, me levanté sin ninguna prisa, allá donde fueres haz lo que vieres, y me bajé a desayunar al bar, periódico y café. Luego me a la playa a dar un paseo mojándome los pies hasta que a las 12 recibí la sorprendente llamada de Dani con ganas de parrandeo.
Volví al barrio al encuentro del morenote, y con nuestro “kit” playero nos bajamos al rinconcito de paz de Daniel, justo enfrente del auditorio, a ver a los surfers en un buen día de olas. Ya con ganas de comer volvimos a casa a preparar la comida, viva la thermomix! Es una pasada de aparato y un gran descubrimiento para el futuro, allí cerveza en mano esperamos a Bea para bendecir la mesa y darnos un homenaje!!
Como el día había empezado tranquilo no era plan de ponerlo nervioso así que descansamos la hora de la siesta como merecía,  cada uno en su sitio, ellos en su chaise longue doble y yo en el mío individual mirando al mar.
Por la tarde nos acercamos al centro comercial “las arenas” donde nos tomamos un buen café con trocito de tarta incluido, yo tenía unas cosas que comprar, además de tabaco y colonia barata compré, cito textualmente a Dani, “mandanga suficiente para llenarle las arterias de colesterol a media Marsella”. Me habían encargado unos cuantos tipos de quesos ahumados herreños pero además compré varias clases de chorizos de Teror, una botellaca de ron miel rico rico, nestea de mango-piña (una pasada de sabor para quien no le gusta mucho el nestea) clíper de fresa (eso parece una guarrería pero no está malo, es un refresco con sabor a fresa…), mojo picón del rojo y del verde y unas mangas canarias que para desayunar o en las ensaladas están cojonudas!!

Quesos ahumados y chorios de Teror
Pues cargado como una mula volvimos a casa ya con algo de hambre a darle de nuevo uso a la thermomix, repito, que gran invento!!! Cenamos una coque de verduras, con coliflor incluida, lo que mi madre no consiguió en 28 años viene la maldita máquina y lo hace el primer día, el sabor totalmente camuflado entre los demás vegetales, y siguiendo las instrucciones de la casa, nos bajamos a la playa a tomarnos el postre y dejar que terminara el día en el paraíso!

Graffiti en el paseo del barrio

DIA 6 – 18/10/11
Siiii, ya era hora, por fin madrugué!! Duchita bien tempranera y a la estación de guaguas(autobuses en la península) , mi intención era irme hasta Artenara, un pueblecico en la montaña bastante alejado de la civilización, pero las combinaciones eran bastante malas y al final me compré el billete para Teror, como me quedaba algo de tiempo me fui a desayunar al parque de San Telmo, a un kioskito muy chulo, un buen zumito de naranja natural, un café y una tostada con tomate (si, lo sé, soy un atrevido!!)

Basílica de Ntra. Señora del Pino                                           El Pino                              Iglesia de Teror
 Sobre las 10 de la mañana empezó el periplo, todo iba bien en la guagua hasta que le dio por atravesar barrancos por unas carreteras por las que no cabe ni un burro!!  Para la buena verdad, tengo que decir que iba cagadito de miedo!! En un par de ocasiones y a mitad de una curva bastante cerrada, la guagua tuvo que dar marcha atrás para que pasasen un par de camiones, al espejo le dieron como 3 o 4 veces en la casi hora que dura el recorrido, pero la gente parecía estar la mar de tranquila, debe ser algo normal!!! 
Balcones en la Calle Real de Teror
 Por fin y tras varios rezos a todos los dioses que conozco llegamos a Teror, es una villa muy curiosa y bonita, lo primero que hice fue ir a la oficina de turismo, en el centro del pueblo, de camino por la Calle Real me sorprendieron sus balcones, todos en madera y muchos de ellos decorados con mosaicos de cerámica, al final de la calle se encuentra la basílica de Nuestra Señora del Pino, patrona de la isla. En la oficina de turismo se empeñaron en que lo más importante de visitar era la basílica, el monasterio del cister, el convento de las dominicas  y el palacio episcopal, lo que pasa es que todo eso ya lo había visto por fuera y tampoco tenía mucho tiempo para entrar así que le pregunté a la chica por algún sitio por el que poder hacer senderismo, ya que de camino me habían sorprendido los barrancos y la vegetación, la muy amable trabajadora de la oficina me indicó que a unos pocos kilómetros se encontraba la finca de Osorio.
Mochila a la espalda y mapa en mano empecé el camino, pero solo 200 metros después entré en un bar a coger fuerzas, no elegí el más bonito, ni el más limpio, como de costumbre me dejé guiar por la mugre y la edad media de las personas que estaban dentro. La experiencia me decía que debía comerme un bocadillo de pata con una buena tropical, pero como se dice en mi tierra, “se me quedó en la muela”, así que tras un buen rato conversando con el señor camarero y demás ancianos del bar llegué a la conclusión de que lo mejor era probar una pequeña ración de todas las tapas que tenían, empezando por los guisos, siguiendo por las tapas frías y terminando con varios tipos de ron miel (por dios, como me puede gustar tanto!) Como una hora y media después y muy al pesar de los abueletes que había entretenido durante mi estancia en el bar, volví a retomar la excursión.
En unos 45 minutos llegué a la Finca de Osorio, el paseo me sirvió para bajar un poco la comida pero no tenía ni idea de lo que me esperaba… es un  espacio natural gigante en torno a una antigua mansión aristocrática, que la rodean varias rutas y senderos con una espectacular vegetación, así que sin más preámbulos comencé a patear, lo que al principio parecía fácil, pues los senderos se distinguían bastante bien, fue convirtiéndose cada vez en un capítulo más de la famosa serie “el último superviviente”.

Caminos, sendas y senderos en la Finca Osorio
 Tras varios kilómetros intentando recordar el camino para la vuelta me encontré en medio de algún sitio en el cual no se distinguía ninguna senda, me senté en suelo, “reflexioné” y seguí mi instinto, no tardé en encontrar un camino que tras seguirlo me llevó a una carretera de tierra, mas tarde a una medianamente asfaltada y por fin a lo que parecía una aldea con 4 casas y gallinas por la calle, allí encontré al único mudo del pueblo que me indicó perfectamente la dirección que debía tomar para volver a Teror.

Toda una locura de posibilidades para perderte
 De nuevo en la guagua del infierno empezamos a bajar la montaña, eso sí, esta vez me monté en lado que daba a la parte interior de la carretera, no quería ver de nuevo como nos estábamos jugando la vida innecesariamente!
El tiempo se me había echado un poco encima y a toda prisa fui a la oficina de correos a por una caja en condiciones para mandarme los productos gastronómicos, corriendo a casa para meterlos en la caja y de vuelta a correos con el paquete ya preparado, la mujer que me atendió me preguntó en varias ocasiones si dentro de esa caja había tabaco, yo le respondí en todas las ocasiones que no, pues solo me mandaba un poco de comida y “mis apuntes” de todo el año anterior….(va bola!!!!) allí directamente me recogió Dani para empezar lo que sería nuestra última noche juntos.
Berenjenas a la miel....
Recogimos a Bea y me llevaron a un restaurante…el nombre….después de la cervezas y vinos que nos bebimos me resulta imposible de recordar (Dani, Bea escribir comentario con el nombre, me suena algo de quebeque…) pues allí nos pusimos finos a beber, comer, hablar y reírnos. La cena fue genial, buen vino, buena comida y la mejor compañía. Paseito por la playa para digestionar bien la cena y a casa a descansar pues al día siguiente a las 9 de la mañana salía mi vuelo y tenía que madrugar y no poco para estar en el aeropuerto.

Es el segundo año que me voy de terapia a las Islas Canarias, el año pasado pasé 9 días en Lanzarote en compañía del Plane (fantástico) es una buena manera de relajarte, cargar pilas y hacer desaparecer del cuerpo el estrés acumulado de todo el año en Barcelona.
Esta experiencia ha sido maravillosa, me lo he pasado en grande, la acogida por parte de los anfitriones no podía haber sido mejor, el lugar único y el ambiente inmejorable, solo me llevo buenos recuerdos de Gran Canaria, tanto es así que es seguro volveré el año que viene a este paraíso. Quién sabe si al Hierro, La Palma o Fuerteventura, ahora esta última es la que tiene más puntos, pues si no me equivoco, una personajilla de nombre Chumi está viviendo allí…no digo más!

- Es mejor volverse atrás que perderse en el camino -